Leroy Merlin — Tienda de muebles in La Coruña

Reseñas de Leroy Merlin

• Isidora

  Adicional 2016.08.15

  Es un lugar perfecto para comprar todo lo que necesites a nivel de ferretería, productos para el hogar, los precios son muy competitivos. Yo que soy un manitas, siempre frecuento este tipo de establecimientos, y aquí he conseguido una gran variedad de productos con una buena relación de calidad y precio. La facilidad para aparcar, como en todo Marineda, es un plus que se agradece
• Micaela

  Adicional 2015.11.19

  Fuimos a mirar un mueble de baño y aunque la atención fue correcta creo que la chica que nos atendió pudo esmerarse un poco más ya que nos dio los precios de los muebles que le pedimos pero ninguna explicación más
• Samuel

  Adicional 2015.08.11

  He comprado el mueble de baño Ashley y me venían varias piezas rotas. Al pedir que me cambiarán las piezas rotas me dicen que ya no trabajan ese mueble. Lo mejor de todo es que al venir a devolverlo lo siguen teniendo expuesto a la venta. Para la devolución me ha llevado aproximadamente una hora así que no puedo decir nada bueno de mi experiencia con esta tienda
• Gabriela

  Adicional 2015.07.12

  una semana para poner un calentador eléctrico. no informan debidamente de las cosas ni gestionan con eficacia temas urgentes, tienen la política de "si pagas más, somos más rápidos" a base de timar al cliente, 2 días sólo para que viniera un técnico a medir a mi casa, cuando él mismo me comentó que acababan de llamarlo. se aseguran que pagues el servicio express (que son 25 eros). en definitiva, un desastre.
• Victoria

  Adicional 2014.11.06

  Todo un día esperando por el transporte contratado para que me sirvan el material de una reforma, y el motivo según la telefonista es, porque no hemos cogido su llamada. Nadie avisó de que si no se cogía la llamada no servían, y yo pagando al albañil para recibir la mercancía. Entiendo que habrá gente que no tiene palabra, pero creo que podían haberme avisado en el día de ayer que fue cuando lo contraté de que obligatoriamente tenía que coger esa llamada. Pero no dijeron nada. Y la señorita del teléfono acabó colgando y dejándome con la palabra en la boca, perfecta maleducada. Surrealista. No volveré a gastar un céntimo en estos almacenes.